viernes, 9 de septiembre de 2011

Capítulo 5.

Noche. Noche de locura, de pasión, de descontrol.
Noche.  Noche frenética, imparable, de sentimientos y emociones.
Noche. Noche de fantasías, ilusiones, sueños por cumplir.
Cuando bajé del coche estaba enfrente de un edificio que parecía abandonado, ¿para qué me habría traído aquí? Entramos y estaba todo a oscuras, de repente un millón de luces de colores se encendieron de golpe.
-¡Felicidades! – y de repente aparecieron de la nada montones de personas, gente del instituto, amigos de fuera y otros que ni conocía todos ellos vestidos con trajes y vestidos. ¿De dónde habían sacado tanta gente?
-¿Qué te parece? – preguntó Erica, que estaba espectacular esa su vestido blanco. – Esta vez Vero se ha lucido de lo lindo ¿no crees?
El edificio era muy amplio, enorme aunque con la cantidad de personas que había allí dentro no parecía tan grande como en realidad era. Estaba iluminado por un montón de luces de todos los colores, había una gran mesa de mezclas y una mesa llena de bebidas. Menuda sorpresa, ¡vaya fiesta!
-¡Joder, es increíble! - ¿Cómo piensa pagar todo esto?
- El local es de un amigo de mi padre, es gratis. – dijo Vero, aunque no tenía muy claro cuando se había unido a la conversación. – las bebidas también me han salido prácticamente gratis y el DJ con lo bueno que está conseguiré un pequeño descuento por ser … amiga. ¡Voy a subirme al barco del amor! – y con este último comentario se esfumó hasta llegar a su nueva víctima que sin duda, con su nuevo vestido rojo, caería.
La noche fue toda una locura, me saqué fotos con todo el mundo, incluso con los desconocidos, bailé hasta romper el parqué de la pista de baile. Bebiendo tampoco me quedé corta aunque no estaba borracha. Entonces pude ver como se aproximaba una gigantesca tarta de cumpleaños.
-Te dijimos que no te librabas de la humillación pública mientras te cantábamos el cumpleaños feliz. – y así todo el mundo empezó a cantarme. La tarta era de chocolate y nata y estaba riquísima, y teniendo en cuenta la cantidad de gente que había dentro no creo que llegara para todos.
-Tía, estás guapísima con ese vestido. – me dijo una voz a las espaldas, Laura.
-Tú no estás nada mal con el tuyo ¿no? – ella llevaba su vestido verde.
-¡Felicidades Ariana! – me dijo Jorge, su novio. Jorge me caía bien, me gustaba para Laura, hacían realmente una buena pareja.
-Muchas gracias Jorge. – y así ambos se fueron agarrados de la mano. Entonces apareció Dani, ¿Quién lo habría invitado?
- Hola guapa, ¡menuda fiesta que no has montado!
-Gracias… - contesté cortada.- aunque en realidad no la he montado yo, todo ha sido cosa de una amiga, yo no tenía ni idea de nada.
-De todos modos es tu fiesta. ¿Vienes a bailar?– y antes de que pudiera responder me había agarrado de la mano y arrastrado a la pista.
-Estás muy guapa hoy, más que de costumbre, que ya es difícil. – noté como la sangre se me concentraba en las mejillas y empezaba a ponerme roja, ¡genial!
-Gracias. – y seguimos bailando. No pensaba que Dani tuviera mucha idea sobre cómo se bailaba y en seguida me lo demostró. Era bastante gracioso, traté de contener la risa pero me fue imposible y solté una pequeña carcajada.
-¿Te hago gracia?
-No, no claro que no.
-No hace falta que me mientas, sé que bailo de pena. – y me sonrió, en ese momento mi aprensión hacia a él empezó a disminuir, parecía hasta simpático, tal vez pudiéramos ser amigos.
-Bueno, sólo un poco. – y ambos reímos.
Acababan de poner una canción lenta y se acercó más a mí, estábamos muy pegados.
-Procuraré no pisarte demasiado.- Se acercó todavía más si era posible y nuestros cuerpos se pegaron por completo, incluso podía notar como su pecho se hinchaba al respirar. Entonces acercó su boca hacia la mía y me besó. Me besaba con ansiedad, casi con necesidad, su boca parecía hambrienta, y lo peor era que estaba hambrienta de mí. Entonces sus manos empezaron a deslizarse poco a poco. Tampoco podríamos ser amigos, por lo visto. Traté de sacármelo de encima con todas mis fuerzas, pero parecía inútil, por fin conseguí apartarle la cara y decir.- No, para.
-Tienes razón, aquí no.- y volvió a agarrarme de la mano y arrastrarme. Salimos fuera y me llevó a detrás del local, estaba todo muy vacío. Antes de que pudiera decir nada sus labios volvían a estar en los míos y sus manos recorrían ansiosas todo mi cuerpo hasta que encontraron la cremallera de mi vestido que poco a poco se empezó a deslizar, entonces por fin conseguí detenerle la mano.
-¿Qué pasa?
-No pienso acostarme contigo ni aquí ni en ningún sitio. – y me fui, dejándolo así ansioso y confundido. ¡Ahora entendía el porqué del comentario en el tuenti!
 Necesitaba hablar con alguien, desahogarme y la primera en la que pensé fue Erica. Estuve un rato buscándola y cuando la vi me di cuenta de con quien estaba hablando, era Yago, ambos reían y parecían pasarlo bien, también vi como unas cuantas chicas miraban con envidia a mi mejor amiga. Decidí dejar disfrutar a Erica de su momento, entonces Vero vino hacía mí.
-¿Qué acaba de pasar?
-¿Lo has visto?
-¿Qué si he visto como ese tío te comía la boca, tú te apartabas y luego os largabais fuera? Pues sí.
-Vero, no es lo que piensas, o sea, me llevó a fuera para hacer lo que piensas pero yo lo paré.
-¿¡Lo paraste!?
-Sí.
-¿Pero tú has visto que hombre? ¡Ahora pensará que eres una estrecha!
- Pues que piense lo que quiera, me da igual. ¿Y tú qué tal con el DJ?
-¡Oye, no me cambies de tema! Pero ya que preguntas, perfecto  el descuento ya lo tengo.
-Dime cuanto es y te lo pago.
-¿Estás de coña? ¡Es tu cumpleaños, no vas a pagar nada! Pásalo bien y déjate de tonterías.- escuchamos un grito que decía su nombre. – Cariño, me está llamando, ¿te importa?
-No, tranquila, no pasa nada.
-Por cierto, busca a Laura que no sé de ella desde que sacamos la tarta.
En cuanto se fue me puse a buscar a Laura, la encontré fuera con Jorge, estaban besándose exactamente en el mismo sitio donde yo lo había hecho cinco minutos antes, ¡qué felices parecían!
Y en ese momento me di cuenta de que a pesar de estar  rodeada de gente en el fondo me sentía muy, muy sola.
Después de eso me pasé la noche tratando de Evitar a Dani.
-¡Hola! ¿Sabes con quién he estado hablando? – peguntó Erica.
-¡Sí, te he visto con Yago!
-Sí, me ha dicho que estaba super guapa y… - entonces me escondí detrás de una mesa. -¿¡Que coñ…!? ¡Hola Dani!
-Hola Erica, ¿has visto a Ariana – esperaba que Erica entendiera porqué me había escondido detrás de una mesa.
-No, la verdad es que no
-¿Entonces con quien estabas hablando?
-¿Hablando? ¡No, estaba cantando esta canción! – y empezó a hacer que cantaba la canción que estaba segura que no conocía. - ¡Me encanta!
-¿Si la ves le puedes decir que necesito hablar con ella?
-Sí, claro. – y salí de la mesa. - ¿Me puedes explicar esto?
Y le conté todo lo que había pasado, justo cuando acabé escuché la voz de Vero a través de los altavoces.
-Y esta canción es para la cumpleañera. – y entonces empezó a sonar Forever de Chris Brown. ¡Qué bien me conocía! Chris Brown era mi cantante favorito. A pesar de todo el revuelo que había causado con el tema de Rihanna yo seguía adorándolo por su música. Y nos pusimos a bailar como si fuera la última noche de nuestras vidas.
Feel the melody and the rhythm of the music around you, around you.
-Oye, al final no me acabaste de contar que tal con Yago.
-Pues eso, me dijo que estaba muy guapa y que era muy divertida. – hizo una pausa. – Y me ha preguntado si quiero ir mañana a dar una vuelta con él. – y cuando lo dijo no sé quién de las dos estaba más feliz.
El resto de la noche se me pasó volando, de vez en cuando tenía que esconderme, pero por lo demás fue increíble. Cuando llegué a casa lo primero que hice fue sacarme los tacones y notaba mis pies doloridos, me puse el pijama, me cepillé los dientes y me fui directa a la cama, la habitación ya estaba empezando a dar vueltas y cerré los ojos tratando de disminuir el efecto. Cuando por fin me dormí volví a soñar con Cristian.
Estaba en mi fiesta de cumpleaños y entonces alguien me agarró desde atrás por la cintura, cuando me giré vi que era él y estaba sonriendo, nos pusimos a bailar muy pegados y estábamos a punto de juntar nuestros labios cuando de repente apareció Sandra y él como hechizado se dirigió hacia ella y cuando estuvieron lo suficientemente juntos se dieron el beso que yo tanto ansiaba que me diera él a mí. Entonces sentí como yo me desvanecía y lo único que podía hacer era quedarme allí, mirando como ellos se besaban, se querían y sintiendo una gran envidia hacía esa chica que me había sacado de los brazos de la persona a la que amaba. Noté como mi cara se humedecía poco a poco y las lágrimas resbalaban hasta conseguir caer.

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