sábado, 5 de enero de 2013

Capítulo 18

La luz de la Blackberry comenzó a parpadear. Abrió el Whatsapp donde le había escrito de nuevo.
-¿Cómo que le he gustado a tu madre? – decía Dani.
- Sí, de hecho creo que ya te quiere más a ti que a mí.- y añadió un emoticono echando la lengua.
-¡JAJAJAJAJAJA!
De nuevo la lucecita volvió a parpadear, esta vez era una conversación de tres; Erica, Vero y ella.
-¿Y después de cenar que pasó?- preguntaba Vero con un guiño.
Cuando estuvieran en su casa apenas tuvo tiempo de contarles nada sobre la noche del domingo, porque entre foto y foto llegó Dani.
-Pues fuimos a la playa.- contestó.
Vero les había contado que Aitor la había invitado a cenar a su casa, ya que estaba solo, había puesto música y encargado comida china. Después de cenar se fueron al sofá a intentar ver una película, y digo intentar porque en media hora había pasado de examinar la película a examinarse mutuamente.
-¿Y…? - esta vez era Erica.
-Me amenazó con tirarme al agua.
-Que poco romántico ¿no?
Erica se había quedado en casa, Yago había olvidado que día era. Pero a eso de las doce la llamó y le dijo que bajara. Cuando lo hizo se lo encontró en frente a su portal con un montón de flores y suplicándole que lo perdonara, evidentemente ella no supo decirle que no.
-Bueno, estuvo bien. Luego le besé para que no lo hiciera.
-Ya veo que sabes utilizar tus mejores armas.- dijo Vero y la pantalla se llenó con “JAJAJAJAJAJA”.- ¿Y después…?
-Después subimos al coche y….
-¡No me jodas que lo hicisteis en el coche!
-¡No!
La conversación con Dani apareció.
-Me voy a cenar.
-¿Qué cenas?- pregunta tonta no, lo siguiente.
- Huele a pizza.
-Me muero de envidia.
-Te invito a que vengas.- guiño.
-¿Enferma?
-Si quisieras contagiarme ya lo habrías hecho.
-Tienes razón pero, hoy no. Te prometo que el próximo día que cenes pizza iré a tu casa.
-Una promesa es una promesa.
-Nos vemos mañana, te quiero.- la respuesta le salió natural. Le quería, sí, pero no como debía.
-Y yo.- cerró sesión.
Cuando cerró esa conversación, la otra ya estaba llena de interrogantes y preguntas.
-Estornudé y nos corté el rollo.- puso seguido de una cara sonrojada y aquella respuesta hizo que desaparecieran los interrogantes y aparecieran nuevos “JAJAJAJAJAJAJA”- Gracias por reíros de mí y tal…
-Es que siempre eres tan oportuna.- bromeó Vero.
Al cabo de diez minutos ella también se fue a cenar pero, en lugar de pizza había pescado
.
Cuando volvió a su habitación se encontraba mucho mejor, la fiebre se había ido a lo largo del día y aunque seguía estornudando y tosiendo mañana iría a clase, “una pena” pensó.
Volvió a coger el libro y siguió leyéndolo, adentrándose en él más y más a medida que pasaba las páginas. Cuando sus ojos ya no pudieron más dejó el libro en la mesita y esperó a que se cerraran y dieran paso al sueño. Por suerte esa noche no soñó con nada, simplemente durmió y al despertar se sintió realmente aliviada aunque inexplicablemente afloró un ligero odio hacia Cristian.
Se puso unos vaqueros, cinturón marrón, camiseta blanca y All Star del mismo color. Para abrigarse bien la garganta cogió un fular de leopardo y en la parca marrón metió un paquete de pañuelos. Cogió la mochila y el móvil y se fue a clase. De camino se puse los cascos de la Blackberry, empezó a escuchar música y se aisló de todo lo demás. Después de dos canciones de Boyce Avenue,, empezó a sonar Evanescence y su My Inmortal y ahí se abandonó por completo y se concentró en su letra, en su sonido y aunque se negaba a aceptarlo, muy probablemente en sus ojos aparecieron diminutas lágrimas que se peleaban por salir. La letra le decía demasiado.
I'm so tired of being here ,suppressed by all my childish fears. And if you have to leave I wish that you would just leave cause your presence still lingers here and it won't leave me alone ...
Puede que escuchara la canción tres, posiblemente cinco veces y cada vez que la oía le llegaba más. Finalmente la paró y bajó del autobús.

-¡Hoy ceno pizza! – dijo Dani a la salida.
-¿Otra vez?
-¿Qué hay de malo? Hay muchos tipos de pizza, ¿Cuál te gusta?
-Mmm… ¿Pepperoni?
-Perfecto., ¿a qué hora vienes?
-Cuando quieras, no tengo mucho que hacer aparte de estudiar.
-¿A las cinco?
-¿Vamos a cenar a las cinco?
-No, pero si vienes antes puedo ayudarte a estudiar.
-¿Enserio vas a ayudarme a estudiar?- preguntó con cierta ironía.
-¡Arianaaa, –.gritó Vero.- nos vamos!- la aludida las despidió con la mano.
-¿Por qué no? Voy en segundo, se supone que me lo sé todo.
-Pues entonces te veo a las cinco.- sonrió.- Adiós.
Se dieron un beso rápido, tendrían mucho tiempo para darse todos los que quisieran.
Llegó a casa y después de comer metió en una carpeta todo lo necesario para su“tarde de estudio”. Después pensó si cambiarse de ropa o no, tras meditarlo un rato decidió que sí así que se plantó delante del armario. Cogió unos shorts negros, una camiseta blanca que decía “Never shout never”, una chaqueta de cuero roja y cuando iba a coger unas medias transparentes se dio cuenta que las que tenía estaban rotas.
-¡Mamá! – gritó.- ¿Puedes venir un momento?
-¿Qué pasa?
-¿Tienes medias transparentes? Las mías están rotas.- se las enseñó.
-Ahora vengo.
Cuando volvió lo hizo con unas medias en la mano.
-¡Gracias!
-De nada, pero ¿no tendrás frío?
-¡Qué va! Si me voy a meter en un piso.
-¿A dónde vas?
-A estudiar a casa de Dani.- dijo mientras se ponía las medias.- También me quedo a cenar.
-No vuelvas muy tarde.
-No mamá.- y se fue contenta sabiendo que estaría con aquel chico tan perfecto que había conocido ayer.
Una vez puestas las medias, el pantalón y la camiseta cogió unas botas estilo motero negras y antes de ponérselas rebuscó en busca de unas calzas negras también. Se las puso y luego las botas. Se miró al espejo, perfecta. Metió el móvil en la chaqueta, cogíióalgo de dinero y la carpeta.
-¡Adiós mamá!
-Adiós, pásalo bien.
Y tras esto salió de casa sin saber muy bien qué pasaría esa tarde.