miércoles, 31 de agosto de 2011

Capítulo 2

El instituto era un edificio de construcción más o menos reciente pero no demasiado bonito ni por fuera, ni por dentro. Las paredes eran blancas y el suelo de mármol, en general era un ambiente bastante frío pero cuando estaba lleno de estudiantes esa sensación se reducía bastante. Constaba de cuatro plantas: la primera estaba dedicada a lo que era la administración y todo el papeleo, la segunda para las clases de secundaria, la tercera para las de bachillerato (yo estaba en primero de BAC) y la cuarta no tenía muy claro para qué estaba, nunca había subido a élla aunque suponía que se utilizaría para guardar todos los objetos viejos e inservibles, pero todo ésto sólo era una suposición.
La mañana transcurrió normal, como otra cualquiera. Laura destacaba como siempre en las clases de matemáticas, participaba y se lo pasaba en grande a mí, en cambio, me faltaba poco para dormirme aunque eso no era ninguna novedad. Erica se mostraba muy interesada en las clases de biología y todo lo que estuviera relacionado con ello, el ánimo de Vero parecía que mejoraba con el paso de la mañana (cada vez estaban más cerca de terminar las clases) y yo deseaba que llegara la clase de historia de última hora no sólo por el hecho de que con élla terminarían las clases, además el profesor estaba buenísimo, tendría unos veinticinco años, estaba cachas y tenía una sonrisa de esas que enamoran. Las clases de historia me gustaban de verdad (dejando a un lado al profesor), me gustaba ver como alguien que en un principio no era nadie podía convertirse en una gran celeridad hasta el punto de que chicos de todo el planeta tuvieran que estudiarse toda su vida si querían aprobar, me gustaba pensar que eso podría pasarme a mí. Cuando sonó el timbre nos faltó tiempo para salir a la calle. Mis amigas y yo nos despedimos y cada una siguió su camino hacia casa.
Al llegar a casa me llegó el olor de espaguetis a la carbonara, esta vez mamá se había esmerado. Así que para impedir que a mi madre se le pasara el buen día que llevaba me dispuse a ayudarla, me encargué de poner la mesa mientras mi hermana y mi padre intentaban arreglar la televisión para poder ver las noticias mientras comíamos. Y de repente todos nos detuvimos a la vez como si estuviéramos programados para responder a la llamada de mi madre.
-¡A comer! – y sin que hiciera falta repetirlo nos sentamos.
La pasta de mi madre es prácticamente una leyenda en mi familia, si hay comida familiar ¿qué hace mamá? ¡Pues pasta! Si mamá no sabe qué hacer de comer ¿cuál es su opción? ¡Pasta! Pero a ninguno nos importaba, la pasta de mamá era la mejor de todas y para poder afirmar esto mientras comíamos ninguno de nosotros hablo, todos mirábamos atentos el telediario con alguna pregunta de mi hermana pequeña de por medio como:
¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Qué es eso?
Me comí el plato entero y repetí, me encantaba la pasta, creo que lo he dicho ya varias veces. Fui a lavarme los dientes y me puse a hacer los deberes y a estudiar (mañana tenía un examen), en menos de una hora había terminado. Me senté en la cama y agarré el portátil, lo encendí e inicié sesión en el tuenti; una petición de amistad, le di y vi que David Fernández quería ser mi amigo, era un chico de mi clase, era un tanto friki pero aún así acepté. Tenía dos nuevos comentarios: uno de Erica diciendo que me llamaría a la noche y otro de Vero pidiéndome los deberes de geografía así que le envié los deberes por privado. Por último un comentario en una foto, se trataba de una foto mía en primer plano el comentario decía: “¡Joder que guapa!” Era de un chico que había conocido hace un par de días, Dani Arias, estaba muy bueno pero no me acababa de caer muy bien, además ni hablábamos no entendía porque comentaba mi foto. Cerré la sesión y me fui a duchar, el baño en sí no me llevó demasiado tiempo pero secar y alisar el pelo ya era otra cosa. Cuando salí del baño papá ya estaba en casa viendo Atrapa un millón, le encantaban los concursos y probar a acertar él la respuesta, casi siempre la acertaba y muchas veces decía que un día nos haría millonarias, la verdad es que yo también lo creía. Cuando acabé de cenar Erica me llamó.
-¿Sí?
-¡Hola! Soy yo, Erica.
- ¡Hola Erica!
Y pasamos cerca de una hora hablando de cosa sin importancia, de todo y de nada, riéndonos y escuchándonos hasta que al final cansadas y con sueño, colgamos. Me fui a mi habitación y taché el día de hoy en el calendario, sólo faltaba un día para mi cumpleaños, un día y tendría ya mis diecisiete, y así con la ilusión de poder cumplir un año más me dormí.
Al día siguiente seguí mi rutina de siempre y todo transcurrió con bastante normalidad. La mayoría de los profesores de mi instituto eran serios, disciplinados y con una cara de las que te impiden hablar por miedo a que te diga algo. Sin embargo, aquellos señores que nos daban clase y que pronto se tendrían que jubilar poníanan de vez en cuando algunos exámenes fáciles (aunque claro está aquello no era lo habitual), por ejemplo,  el de aquella mañana. Era tan fácil que a prácticamente nadie le hicieron falta las típicas miraditas que se echan al compañero de al lado, y a penas se escuchaba un susurro. Incluso Vero contaba con aprobar sobrada.
 Por la tarde Nerea me rogó y me suplicó que la llevara a dar un paseo hasta el parque y a pesar del frío le cumplí el capricho, yo cogí mi chaqueta  y naturalmente Nerea cogió su cámara de fotos.
-¡Ari sonríe! – y sacó una foto.
-¡Quiero verla! – protesté.
-Sales tan guapa como siempre – contestó y me dio la cámara.
Miré la foto y pude verme a mí, enfocada, con una amplia sonrisa y los árboles del parque de fondo, estaba perfectamente encuadrada siguiendo la regla de los tercios (la imagen se dividía en nueve partes iguales y el atractivo principal de la imagen debe colocarse en los putos de intersección) que le había explicado papá. Mi padre pensaba que si alguien tenía talento había que aprovecharlo y ayudaba a mi hermana en todo lo que podía. Nerea siguió toda la tarde sacando fotos a todo lo que veía: flores, pájaros, mariposas… Cuando llegamos a casa estaba agotada y se fue a la cama en cuanto pudo. Cuando fui a mi habitación volví a abrir el tuenti, después de comprobar todas las novedades que tenía le cliqué a inicio y vi que Erica tenía un nuevo estado: “Te digo que un día vas a mirar hacia atrás y te vas a dar cuenta de que tu norte está en mi ojos y todo lo demás es pura geografía barata e ineficaz.” Rápidamente y sin dudarlo cogí el teléfono y la llame.
-¿Hola?
-¿¡Qué es ese estado!?
-Hola ¡eh! Pues mi estado es una frase, ¿a qué es bonita? – y ambas nos reímos.
-A mí no me engañas, tú no pones los estados por poner, explícamelo todo
-Está bien… -suspiró y se quedó callada. Por un momento pensé que no iba contarme nada y tendría que proceder con el interrogatorio pero continuó hablando- Hace cosa de unas semanas una amiga me presentó a un chico, hablamos, nos llevamos guay, conectamos pero supongo que cada uno lo ve de forma diferente. Cuando hablo con él me hace sentir especial ¿sabes? Que soy alguien más que la chica rubia de ojos azules que se sienta en última fila.
-¿Y quién es ese chico?
-Yago López.
Yago era guapísimo, moreno y fuerte. Era conocido en todo el instituto, jugaba al fútbol y se la daba realmente bien. Siempre estaba rodeado de chicas que babeaban por él y las que no lo hacían tampoco les importaría que se fijara en ellas. Así que entendía porque Erica estaba así, se veía incapaz de conseguir algo con él siendo el chico más solicitado del instituto.
El tiempo se me pasó volando, ella me explicó toda su historia con Adrián y yo traté de animarla, ayudarla y consolarla. Pudimos pasar varias horas hablando y ya eran cerca de las cuatro de la mañana.
-Bueno, muchas gracias por ayudarme y por favor no se lo digas a las chicas. Por cierto, felicidades Ari, mañana te cantaré el cumpleaños feliz y te tiraré de las orejas así que prepárate. – y colgó, era cierto hoy era mi cumpleaños y casi tenía diecisiete años. Fui a tachar el día de hoy y me dormí. Soñé con una gran fiesta de cumpleaños con todos mis amigos y música a todo volumen, todos bailábamos y lo pasábamos bien, todo era perfectamente perfecto.

2 comentarios:

  1. ¿De que libro es esto? Es muy lindo :D

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    1. Es una historia que estoy escribiendo yo a traves de este blog, pero por desgracia todavia no esta impreso en papel tal ve algun dia con un poco de suerte lo consiga, y muchas gracias! :)

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